miércoles, 12 de junio de 2013


Del Lerena al cielo.

“ Siempre hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cerrando ciclos, cerrando puertas, terminando capítulos; no importa el nombre que le demos, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya se han acabado”

​                                             Paulo Coelho.

He querido empezar esta despedida con esta profunda y dura frase del maestro Coelho, porque sin duda nos hace chocar con la realidad de frente, y nos indica que  el camino a seguir está en el horizonte, que hay que mirar hacia delante y pensar en lo que nos viene.

Si bien es cierto que esos momentos de la vida, que ya han acabado, forman parte del pasado, también lo es que ese pasado es el culpable de quienes somos, los momentos vividos nos han ido esculpiendo, nos han ido tallando y modelando hasta convertirnos en lo que ahora somos. Y aquí es donde entra el Lerena como escultor y todas las personas con las que he convivido en los últimos cinco años, compañeros, alumnos y padres, en definitiva la comunidad educativa del centro, los que formamos esta escuela. Y seguro que en algún sitio de mi llevo la firma de coautor de todos vosotros. Sin duda he recibido mucho, he aprendido mucho, me he emocionado mucho y sobretodo he disfrutado mucho aprendiendo y enseñando.

La palabra es Gracias. Agradecido por el acogimiento y el trato recibido, agradecido por las oportunidades que se me han dado, que me han llevado a desempeñar distintas funciones; profesor tutor, especialista, coordinador de ciclo, director de teatro y durante los dos últimos años formar parte del equipo directivo como secretario. Y como no, agradecido por ser padre del centro y haber podido disfrutar viendo crecer y correr a mi hija por los patios del colegio. Todo ello me ha dado la oportunidad de entender la escuela desde todas las partes implicadas cerrando el círculo, y darme cuenta que a veces hacemos difícil lo fácil y que debemos tener presente que  todos remamos hacia el mismo puerto alentados por el respeto, la comunicación y la confianza.

Y para terminar, deciros que no voy a “poder dejar en el pasado los momentos de la vida en el Lerena que ya se han acabado” porque un buen escultor los convirtió en mi presente y están en los movimientos, en las alegrías, en los fracasos, en los éxitos…Aunque por supuesto siempre mirando hacia delante, con ilusión y alegría pero reforzado por lo vivido.


Hasta Siempre Lerena.



​                                    José Mª Mimbrera Plazas.


lunes, 4 de marzo de 2013

PEDALEANDO POR LA HISTORIA.

En estas últimas semanas he explorado los alrededores de Valdemoro, y me han llamado la atención dos rutas que me han hecho trasladarme a la España de la Guerra Civil. La primera nos lleva desde Valdemoro hasta la Colina del Suicidio, para volver al pueblo pasando por las las Lagunas de San Juan y por la vega del Jarama a su paso por Titulcia y Ciempozuelos. Tres parajes de esta ruta son los que más merecen la pena, el primero es una colina en la que se dejaron la vida muchos soldados, republicanos, nacionales y de las brigadas internacionales durante la Guerra Civil, sobre todo de la compañía Lincon, que fue masacrada en la batalla del Jarama. La ofensiva se inicia por el avance de las tropas sublevadas con la intención de cortar las comunicaciones hacia Valencia. Pero las fuerzas republicanas, con la ayuda de las brigadas internacionales, consiguen frenar el avance de las tropas franquistas, aunque sin un claro vencedor, ya que nacionales no pueden tomar la carretera de Valencia y los republicanos tienen que desviar el trafico ya que queda a tiro  del enemigo. Hoy en día aún se pueden encontrar huellas de aquellos días en la zona, como restos de metal, latas de comida consumidas durante el asedio, etc. todo reunido en un monumento que recuerda a los caídos. Otro paraje digno de mencionar son las Lagunas de San Juan, destacando su riqueza ornitológica y finalmente las bellas vistas de Titulcia desde el puente sobre el río Jarama.
Otra ruta del mismo corte es la que te lleva desde Valdemoro al Cerro de los Ángeles, pasando por Pinto y Getafe, compartiendo parte del trayecto con la Ruta del Higueral y La Cañada Real Galiana. Durante el trayecto se pueden observar varios bunkers y nidos de ametralladoras  de la guerra civil, como el de los Yesares, así como diferentes trincheras que unen los bunkers entre si. El cerro es un magnífico mirador que ofrece una panorámica de la ciudad de Pinto, la carretera de Andalucía, de la Cañada Real y del arroyo Culebro. Toda la actividad bélica de esta zona estuvo asociada también a la Batalla del Jarama y a la importancia que mostraban ambos bandos por dominar las comunicaciones hacia el este del país.

lunes, 7 de enero de 2013

EL PLACER DE VIAJAR EN BICICLETA

Un año y pico arrastrando una lesión en la rodilla y el instinto de supervivencia, me han hecho reorganizar mis prioridades a la hora de hacer deporte en general y ciclismo en particular. De manera que, he decidido desconectar el cronómetro, olvidándome de tiempos y competiciones, y enfocar el entrenamiento a disfrutar montando en bicicleta, con el objetivo de realizar rutas ciclo-turísticas para conocer nuevos lugares, a ser posible en compañía de buenos amigos, retomando la génesis de este artefacto de dos ruedas, un simple pero eficaz medio de transporte. Así pues, hemos inaugurado el 2013 con una ruta sencilla de 115 km. que une mi pueblo natal Mengíbar, provincia de Jaén y Córdoba capital, para volver en tren por la tarde después de una rápida visita de la ciudad en bici.


Salimos de Mengíbar a eso de las 8 de la mañana, mi amigo Antonio (curtido en mil batallas) y yo, 3 de enero, con una temperatura que rondaba los 0º, en la penumbra del amanecer las sombras de olivos centenarios nos escoltaban en nuestro viaje, los cuales serian los protagonistas en el paisaje hasta pasar Bujalance, ya en la provincia de Córdoba. Rodamos sueltos y fácil en los primeros kilómetros, pasando por Estación de Espelúy, Espelúy y Villanueva de la Reina donde encontrábamos la primera dificultad, la ascensión a  Higuera de Arjona, y a partir de aquí rompepiernas, que se dice en el argot ciclista, encadenando subidas y bajadas durante 40 km. que nos llevan por las localidades de Arjona, cuna del Rey Alhamar, la aldea de Alharilla con gran tradición romera y Porcuna donde cogimos la N 306 en una tendida subida hasta Bujalance, pasando por Cañete de las Torres ya en territorio Cordobés. En Bujalance abandonamos la N 306 para coger una carretera/camino CO-3200, según los lugareños en muy muy mal estado, pero  a nosotros nos pareció perfecta para las MTBS, y  nos liberó del estrés que nos producía el intenso tráfico de la 306, al tiempo que nos regalaba unos bellos paisajes de campos de cereal que se alternaban con olivar joven. Continuamos por este camino durante unos 30km. de falsos llanos picando hacia abajo hasta enlazar con la antigua N IV en Alcolea. Y unos kilómetros después, a eso de las dos de la tarde, estábamos en la estación de renfe en Córdoba comprando nuestros billetes de vuelta a casa. Después de comer y con los billetes del tren en la mochila, nos montamos en las bicicletas para hacer algo de turismo aunque con poco tiempo, dos horas escasas, ya que nuestro tren salía a las 16:20h (el último que admite bicicletas). Gracias a la bici pudimos ver más de lo que esperábamos. Salimos de renfe por el paseo de Córdoba, y nos dirigimos al centro por la Avenida de los Mozárabes hasta el rio Guadalquivir, bordeándolo hasta llegar al Alcázar, la Biblioteca Diocesana de Córdoba, La Mezquita y al Puente Romano con la Torre de Calahorra al fondo. Tras disfrutar del ambiente foráneo de la Ronda de Isasa, deshicimos el camino para volver de nuevo a la estación de Renfe con el tiempo justo de coger el tren que nos devolvería al punto casi de partida de esta jornada y digo casi, porque de la estación del tren, (Estación de Espelúy), a casa nos tocaban otros siete Kms de pedaleo. La vuelta en el tren fue de lo más reconfortante, tanto mi compañero de fatigas Antonio como yo estábamos satisfechos de la jornada y se nos hizo corto contando las pequeñas batallitas y anécdotas del día.